El 4 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Sexual, y te traemos información importante sobre tus derechos.

Según la OMS, la salud sexual se define como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad”. Los derechos sexuales plantean que podés decidir cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales; que debés vivir la sexualidad sin presiones ni violencia, que tu orientación sexual y tu identidad de género deben ser respetadas sin discriminación, que debés acceder a información sobre cómo cuidarte, y que debés disfrutar del cuerpo y de la intimidad con otras personas. Todas las personas tenemos derecho a disfrutar de una vida sexual elegida libremente, sin violencia, riesgos ni discriminación.

Por otra parte, los derechos reproductivos indican que tenés derecho a decidir en forma autónoma y sin discriminación si tener o no tener hijas/os, con quién, cuántos y cada cuánto tiempo. También debés recibir información sobre los diferentes métodos anticonceptivos y el acceso gratuito al método elegido.

 

Anticoncepción: vos elegís cómo cuidarte

Antes de comenzar, es importante que quede claro algo: siempre es conveniente contar con asesoría médica para elegir el método anticonceptivo adecuado para vos. No todos los métodos convienen a todas las personas, y no hay nadie mejor que tu ginecólogo para ayudarte a decidir.

Ahora bien: la decisión es tuya. Vos tenés derecho a decidir si querés y cuándo querés tener hijos, y qué medidas tomar para cuidarte. Y como la información es poder, te contamos cuáles son tus opciones.

 

Métodos de barrera

En este grupo entran los preservativos masculino y femenino. Consisten en un dispositivo de látex que se coloca al inicio de la relación sexual e impide el contacto de fluidos. De este modo, no solo previene embarazos sino también enfermedades de transmisión sexual.

En cada nueva relación sexual se debe colocar un nuevo preservativo, y es importante que recuerdes que debe ser utilizado desde el inicio mismo de la relación sexual para que su efectividad no se vea disminuida.

 

Métodos hormonales

En este grupo entran las pastillas anticonceptivas, las inyecciones y los implantes subdérmicos. Todos estos métodos funcionan inhibiendo la ovulación, lo cual hace imposible la concepción.

Como primera medida, es importante que conozcas en qué consiste cada versión. Las pastillas anticonceptivas son un tratamiento hormonal con pastillas que tomás todos los días, y te protege de embarazos no deseados mientras las tomes como se indica en la caja. Su efectividad baja significativamente cuando te salteás tomas durante el mes, y se termina en el momento en que suspendés su uso.

Los anticonceptivos inyectables se aplican una vez al mes o una vez cada tres meses. Su efectividad dura el tiempo indicado según la droga administrada y, si no volvés a aplicártela, el efecto se suspende.

El implante subdérmico es una varilla pequeña que se coloca debajo de la piel, en general del brazo, y libera una hormona que inhibe la ovulación. Su efecto puede durar tres o cinco años, y podés volver a colocarte otra una vez terminada su vida útil.

Es fundamental que tengas en cuenta algo: ninguno de estos métodos anticonceptivos previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

 

Sistema de liberación intrauterino

El SLU (sistema de liberación intrauterino) es un dispositivo de plástico en forma de T que se inserta en el útero, donde libera una hormona que impide que el espermatozoide alcance y fertilice el óvulo. Lo coloca un profesional de la salud y, terminada su vida útil, debe ser retirado de la misma manera. Dura aproximadamente cinco años.

Si planificás un embarazo antes de que se cumpla el tiempo de efectividad, se puede retirar y la fertilidad se restablece. Recordá que, al igual que los métodos hormonales, no protegen contra enfermedades de transmisión sexual.

 

Método quirúrgico

Por último, existen métodos anticonceptivos que se realizan por vía quirúrgica: la vasectomía y la ligadura de trompas.

La vasectomía es un método que se practica anudando o cortando los conductos que se ubican en el escroto y transportan los espermatozoides. De este modo, en la eyaculación el semen deja de contener espermatozoides, que son los que fecundan el óvulo y producen el embarazo. Es un procedimiento sencillo y ambulatorio, que en ocasiones puede ser reversible.

Por otra parte, la ligadura de trompas se realiza en las trompas de falopio, cortando los tubos que llevan el óvulo desde el ovario hasta el útero. De este modo, la ovulación se produce normalmente pero el óvulo nunca llega al útero, donde podría ser fecundado. Esta operación es irreversible, se realiza en quirófano y su post operatorio es bastante sencillo.

Es importante que cuentes con toda la información disponible a la hora de elegir. Recordá que la elección del método anticonceptivo es personal y nadie puede negarte la anticoncepción. El médico puede hacerte sugerencias o indicarte un método por encima de otro teniendo en cuenta tu historia clínica pero, siempre que no haya riesgos para tu salud, la decisión final es tuya.