¿Conocés la importancia de la alimentación saludable?
Según indica el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina se come menos de la mitad de la cantidad de fruta recomendada por día; los niños y niñas consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de snacks y el triple de golosinas que los adultos; y se consume más del doble de la sal recomendada por día. Estos hábitos tienen efectos negativos en la salud a corto y largo plazo.
Es sabido que llevar una alimentación saludable reduce significativamente el riesgo de padecer enfermedades como muchos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades del corazón, entre otras. Además, los buenos hábitos alimentarios ayudan a prevenir los accidentes cerebro vasculares. Sin embargo, existe el mito de que comer saludablemente es difícil y costoso, y por ese motivo cuesta cambiar los hábitos.
Comer sano es más fácil de lo que creés
Aumentá la ingesta de frutas y verduras. Si vas a estar muchas horas fuera de casa, llevarte frutas para picar durante el día puede reemplazar los alimentos procesados que comprás en el kiosco. Además, podés acompañar tus comidas diarias con una ensalada, agregar verduras salteadas a las pastas o acompañar carnes con verduras al horno. También el pollo o cerdo con vegetales salteados te resuelve una comida con muy poco esfuerzo.
Cambiá por las versiones integrales. Podés elegir el arroz integral o el yamaní en lugar del arroz blanco. Las harinas integrales también aportan beneficios que la harina de trigo común no tiene.
Las legumbres te mejoran cualquier plato. Una buena costumbre que podés adquirir es remojar legumbres en cantidad (como lentejas o porotos de cualquier tipo), luego hervirlas y guardarlas en el freezer fraccionadas. De este modo, a la hora de cocinar tenés legumbres listas en la heladera para agregarle a cualquier plato. Las legumbres son una fuente de hierro, proteínas y nutrientes fundamentales para nuestro organismo.
Tomá agua. Tomar agua es fácil y económico. Reemplazá las gaseosas y jugos artificiales por agua y vas a notar una enorme diferencia en tu organismo.
Consumí proteínas de calidad. El huevo, algunos lácteos y las carnes magras son una excelente fuente de proteínas. Evitá los fiambres y embutidos que tienen altos contenidos de sodio y están asociados al padecimiento de muchas enfermedades.
Si a todo eso le sumás una pausa activa de 30 minutos por día, en la que puedas caminar, correr o andar en bici, la salud de tu cuerpo va a mejorar notablemente.