El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente a adultos mayores. Existen algunas medidas para prevenir o retrasar su aparición.
La manifestación más evidente de la enfermedad de Alzheimer es la pérdida de la memoria a corto plazo. Este también es uno de sus primeros indicios. Si bien el estrés y la sobrecarga de actividades pueden provocar algunos olvidos momentáneos, cuando estos episodios se vuelven repetitivos, es hora de empezar a prestar atención a otras cosas.
Clínicamente se manifiesta con pérdida progresiva de la memoria, deterioro de las funciones mentales, pérdida del habla, desorientación y problemas para caminar. En Argentina unas 300 mil personas sufren esta enfermedad, y si bien la ciencia avanza en la aplicación de tratamientos, aún no existe una cura para este mal. Sin embargo, hay muchas investigaciones que apuntan a la posibilidad de prevenir su aparición.
¿Cómo la prevenimos?
Hay diferentes conductas que podemos tomar a lo largo de la vida para prevenir las demencias en la edad avanzada. Te las contamos para que las puedas poner en práctica desde hoy:
- Alimentación rica en antioxidantes. Hay sobrada evidencia del papel que cumple la nutrición en la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Alimentos como el pescado, las frutas y verduras, y el café, entre otros, ayudan a proteger el cerebro. Por otra parte, el exceso en el consumo de alcohol, de carnes rojas y de alimentos con alto contenido de azúcares puede favorecer la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Por estos motivos, un plan de alimentación saludable y rico en antioxidantes es la decisión correcta para la salud de tu cerebro.
- Actividad física. La práctica regular de ejercicio físico está asociada a una gran cantidad de beneficios, entre ellos la prevención de distintos tipos de demencia. Esto ocurre porque la actividad física ayuda a combatir el colesterol alto, la hipertensión y los altos niveles de azúcar en sangre; tres factores de riesgo para la aparición de la enfermedad de Alzheimer en el futuro. Además, el ejercicio provoca la liberación hormonas que regulan el sueño, lo que ayuda a proteger el cerebro. Con lo cual, hay razones de sobra para comenzar una rutina de actividad física cuanto antes.
- Actividad mental. No solo la actividad física ayuda a proteger el cerebro. También es importante mantener la mente activa para protegerla del deterioro. Hacer crucigramas o sudokus, leer con regularidad, aprender nuevos idiomas, pintar, escribir y jugar juegos de memoria, entre otras cosas, contribuyen a un buen ejercicio mental. Porque, al igual que el cuerpo, el cerebro necesita entrenamiento.
- Controles médicos. Y, por supuesto, es importante que visites al médico periódicamente para realizarte los estudios necesarios para controlar los factores de riesgo. Buscá en tu cartilla médica y pedí un turno hoy para realizar tu control anual.
Estos hábitos, además de prevenir enfermedades como el Alzheimer, mejoran considerablemente tu calidad de vida. No esperes más. Cambiá tus hábitos hoy.