Todos conocemos al menos un caso en nuestro entorno. Y esto se debe a que el cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres argentinas. ¿Cómo lo combatimos? La detección temprana es la clave.
Durante el verano estamos más expuestos a las altas temperaturas y a las consecuencias del sol, cuyos rayos en esta época del año son más peligrosos, y requieren protección.
Si bien la luz solar es muy importante, porque entre otras cosas nos proporciona vitamina D, los rayos ultravioletas que traspasan la capa de ozono pueden resultar perjudiciales para nuestra salud. La radiación puede provocar quemaduras de distinta intensidad dañando la piel de manera transitoria y permanente. La exposición inadecuada a la luz solar puede provocar cáncer de piel.
Por ese motivo, es importante que tengas en cuenta estos tres consejos:
- Evitá el golpe de calor. Una consecuencia de la exposición solar es el golpe de calor. Para evitarlo, es esencial no exponerse al sol prolongadamente, no hacer actividad física intensa en las horas de más calor, beber mucha agua fresca, comer liviano (principalmente frutas y verduras) y usar ropa clara y amplia que no absorba los rayos de sol.
- Usá un buen protector. El protector solar funciona como una verdadera barrera para los rayos del sol. Con un factor de protección mayor a 30, podés prevenir la aparición de quemaduras y manchas en la piel. Es importante aplicar el protector cada dos horas durante todo el tiempo que dure la exposición solar. Si nadás o hacés actividad física intensa, renovalo con más frecuencia.
- Observá las horas de mayor riesgo. Entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde es recomendable no exponerse directamente al sol. Si estás al aire libre, buscá una sombra que te sirva de reparo.
¡Cuidate del sol este verano para que puedas disfrutar de las vacaciones con todo!