A veces nuestro estilo de vida no ayuda a que encontremos una actividad a nuestra medida. ¿Querés empezar a  hacer ejercicio? Esta nota es para vos.

Todos conocemos la importancia del ejercicio físico para nuestra salud, pero a veces es complejo empezar una actividad por un tema de tiempos, disponibilidad e incluso ganas. Sin embargo, existen tantos tipos de actividad física, que sin lugar a dudas hay una a la medida de tus horarios y tus necesidades.

Por eso, te brindamos algunos consejos para que elijas lo que más te conviene.

  • Si tenés alguna condición médica, antes de empezar hablá con el profesional que te está tratando. No todos los deportes o ejercicios se adaptan, y es fundamental que sigas una rutina ajustada a tu necesidad.
  • Si todavía no te hiciste los controles médicos anuales, este es el momento. Para comenzar tu rutina de entrenamiento, es muy conveniente tener un claro panorama de tu estado de salud. Hablá con tu médico sobre los estudios que deberías realizarte.
  • Si hace mucho que no hacés ejercicio físico, o si estás eligiendo actividad por primera vez, recordá empezar de a poco. Si te exigís demasiado al inicio podés lastimarte. Además, si sentís que no rendís lo suficiente porque te pusiste una meta poco realista, vas a sentir frustración que posiblemente te lleve a abandonar la actividad.

Para elegir una actividad adaptada a tu estilo de vida, pensá primero qué tipo de ejercicio querés hacer.

Si sos de esas personalidades inquietas que necesitan mucho desgaste, podés proponerte alguna actividad aeróbica que busque desafiar tu resistencia. Para esto podés hacer algún deporte como fútbol, básquet o handball; también podés hacer funcional, zumba o alguna clase de aerobics. Hay muchas actividades en gimnasios y clubes deportivos, pero si te gusta entrenar en soledad también podés optar por salir a correr, a andar en bici o hacer pileta libre en un natatorio. Andar en rollers, bailar, saltar a la soga, incluso dar largos paseos con el perro pueden sumarse a esta lista.

Si preferís algo de menor impacto, siempre están los ejercicios de flexibilidad como yoga, pilates o tai chi. Lo interesante de estas disciplinas es que tenés la opción de hacerlas en un gimnasio o salón, o seguir una rutina (hecha por un profesional) desde tu casa, en tu propio tiempo.

Y por último, los ejercicios de fuerza también te ayudan a fortalecer la musculatura sin riesgo de impacto en las articulaciones. Podés seguir una rutina en el gimnasio o incluso desde tu casa, con elementos que tengas a mano.

También podés cambiar algunos hábitos, como caminar en lugar de usar el transporte para hacer distancias cortas o subir por las escaleras en lugar de usar el ascensor. Lo importante es que encuentres la motivación y el tiempo para ponerte en movimiento. Porque la actividad física es salud, y vos merecés estar bien.