El HIV es un virus que se contagia a través de las relaciones sexuales o el contacto con sangre infectada. Te contamos cómo cuidarte.

 

Si bien la lucha contra el HIV va ganando cada vez más batallas, este virus aún no tiene una cura definitiva y sigue representando una problemática para la salud de la población. Es por este motivo que es muy importante saber bien qué es y cómo se transmite.

¿Qué es?

El Virus de Inmunodeficiencia Humana, o VIH, es un virus que ataca al sistema inmunológico destruyendo los glóbulos blancos encargados de proteger al organismo ante la presencia de enfermedades. De este modo, con un sistema inmunológico debilitado, el paciente con VIH puede presentar sida, que es la etapa más avanzada de la enfermedad. En esta, las enfermedades oportunistas como la tuberculosis o la neumonía pueden generar serios problemas para la salud.

¿Cómo se previene?

Este virus se contagia por el contacto con la sangre o algunos fluidos como el semen, las secreciones vaginales o la leche materna de una persona infectada. No se contagia a través de la saliva ni del contacto con la piel.

Para prevenir su contagio es muy importante:

  • Usar preservativo o campo de látex en las relaciones sexuales.
  • Realizarse el test con regularidad. De este modo, ante un resultado positivo, no solo se puede comenzar el tratamiento a la brevedad sino que además se puede proteger a la pareja sexual del contagio.
  • No compartir jeringas ni materiales que puedan entrar en contacto con la sangre de otra persona, como bisturíes, rasuradoras, etc.
  • Las personas embarazadas deben realizarse todos los controles que indique el médico a fin de evitar, en caso de tener VIH, el contagio al bebé.

¿Cómo se trata?

Gracias a los avances en el campo de la medicina de las últimas décadas, este virus ha dejado de conducir a una muerte segura para convertirse en una enfermedad crónica tratable. Pero, para que esto ocurra, es importante hacer la visita al médico lo más pronto posible tras obtener un resultado positivo y tomar la medicación tal y como lo indica el médico.

Hoy en día es posible vivir con VIH sin mayores consecuencias para la salud y la calidad de vida y, en muchos casos, se ha probado que un paciente que recibe el tratamiento adecuado puede presentar una concentración mínima del virus en el organismo, lo que reduce significativamente las posibilidades de contagio a otras personas.

Si nos cuidamos, podemos combatir al VIH.