Existen dos tipos de diabetes que, a pesar de tener consecuencias similares, tienen distintos orígenes. Te contamos en esta nota.
Cuando hablamos de diabetes podemos mencionar que existen dos tipos: la diabetes tipo 1, de aparición más común en niños, adolescentes o adultos jóvenes; y la diabetes tipo 2, también llamada diabetes mellitus.
En el caso de la diabetes tipo 1, el páncreas no produce insulina, que es la hormona encargada de hacer que el azúcar en la sangre entre en las células y la transforme energía. Ante la ausencia de insulina, el azúcar se acumula en la sangre, lo que puede dañar órganos y tejidos.
No se conoce en la actualidad prevención para este tipo de diabetes, pero su tratamiento se realiza con aplicaciones periódicas de insulina para suplir lo que el cuerpo no produce. Es importante saber que la diabetes tipo 1 representa aproximadamente un 10% de los casos totales de diabetes, y puede presentar síntomas como sed excesiva, necesidad excesiva de orinar, pérdida de peso sin causa, hambre excesiva y cansancio extremo, entre los más comunes.
En el caso de la diabetes tipo 2, o diabetes mellitus, el páncreas produce insulina, pero las células del cuerpo producen resistencia, con lo cual los niveles de azúcar en la sangre suben. Su aparición es más común en la edad adulta, y sus síntomas no suelen presentarse hasta que está avanzada. En todo caso, controlando regularmente la glucemia (el índice de azúcar en sangre) es posible detectarla a tiempo. Para esto, es importante ir al médico con regularidad y realizarse los estudios de rutina que indique.
Este tipo de diabetes sí puede prevenirse, o al menos retrasar su inicio, si se toman medidas como:
- alimentarse saludablemente comiendo mayor cantidad de verduras, legumbres, frutas y proteínas de origen vegetal y animal sin proceso industrial y evitando los alimentos ultra procesados y el consumo de alcohol;
- hacer actividad física regularmente, ya que está comprobado que el aumento de la masa muscular ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre;
- medirse la glucosa en sangre para comprobar que los niveles de azúcar no suban.
Controlar y mantener estable el nivel de azúcar en sangre es fundamental para mantener un buen estado de salud. Cuidate y prevení.